Liderazgo

Era mejor padre antes de serlo. Ser paciente, establecer límites claros y dar el ejemplo. Pero la realidad es que nada te prepara, excepto la experiencia de serlo. Con el liderazgo para lo mismo: Es necesario aprender sobre la marcha y adaptarse a situaciones nuevas. El instinto te lleva a tratar de controlar todo, pero pronto descubres que tu trabajo es guiar y crear un entorno en el que los demás tengan éxito.

Era mejor padre antes de ser padre, las cosas como son. Antes de que mi primera hija naciera, lo tenía todo claro: había que empezar por ser paciente, establecer límites y dar ejemplo. Había cuidado de mi sobrino muchas veces, me sentía un experto en potencia. La confianza era alta, pero la realidad resultó ser muy diferente.

Con la llegada de mi segunda hija, creí que ya lo tenía dominado. Sin embargo, cada hijo es un mundo. Lo que funcionó con la primera no servía con la segunda. De nuevo, me tocó adaptarme y reinventarme. Aprendí que la flexibilidad es clave en la paternidad.

Adaptación

Esta experiencia tiene mucho en común con el liderazgo. Había llegado a esa posición gracias a mi forma de hacer las cosas, la barba blanca seguro que también ayudó, así que con la misma confianza que tenía sobre la paternidad, pensé: ser paciente, establecer límites y dar ejemplo. Con eso será suficiente.

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En ambos casos, la realidad me dio una buena bofetada. Tanto la paternidad como el liderazgo no son manuales de instrucciones ni fórmulas mágicas. Son retos. Y la mayor parte del tiempo se trata de adaptación. De adaptarse constantemente, de aprender de los errores y, sobre todo, de crecer con aquellos a quienes acompañas en el camino. Qué suerte la mía.

La paternidad —como el liderazgo— te enseña que la flexibilidad y la capacidad de adaptación son fundamentales. Cada persona es única y requiere un enfoque personalizado. La humildad de reconocer que no lo sabes todo y que siempre hay algo nuevo que aprender es crucial.

Al final, me di cuenta de que era mejor padre antes de serlo, y mejor líder antes de liderar. Ese reconocimiento de la propia imperfección y la disposición a aprender continuamente han sido las lecciones más valiosas de mi vida.

Aprendizajes

Es un viaje apasionante, los dos, en el que estoy aprendiendo lecciones muy valiosas que desearía haber conocido antes de comenzar, así que me voy a permitir compartir estas enseñanzas para que, si estás iniciando el camino, te ayuden a construir tu propio camino.

  • Estás al servicio del equipo. Lo primero que aprendí es que lo que tengo que hacer es ayudar y guiar, no controlar. Simon Sinek habla de cómo priorizar el bienestar de su equipo y de cómo crear un entorno seguro y motivador. Al hacerlo, no solo mejoras la moral del equipo, sino que también fomentas un ambiente de colaboración y apoyo mutuo.
  • No necesitas tener todas las respuestas. No tener todas las respuestas es un signo de fortaleza, no de debilidad. Julie Zhuo decía que un líder debe saber escuchar activamente y hacer las preguntas correctas para fomentar un ambiente de aprendizaje continuo. Esto no solo construye confianza, sino que también permite que el equipo se sienta cómodo compartiendo sus ideas y perspectivas.
  • Tienes que soltar y confiar. Cuando vienes de ser lo que eres por hacer es muy difícil dejar de hacer. Pero delegar con confianza es esencial para el crecimiento del equipo. Marty Cagan habla mucho de como entregar la propiedad y la responsabilidad al equipo no solo libera tu tiempo, sino que también desarrolla su capacidad para liderar y tomar decisiones. Esto no solo hace que el equipo sea más fuerte y efectivo, sino que también fomenta una cultura de innovación y compromiso.
  • Crea un entorno seguro. La seguridad es crucial para que las personas rindan al máximo. Dr. Becky Kennedy nos recuerda que cuando nos sentimos seguros para arriesgarnos y expresarnos sin miedo, es cuando realmente somos nosotros. Trabajar para crear este tipo de entorno no solo impulsa la creatividad y la innovación, sino que también fortalece las relaciones dentro del equipo.
  • Apoya a tu equipo aunque no estés de acuerdo. Asumir que no tienes por qué tener siempre la razón es un acto de liderazgo valiente. Comprometerte con los objetivos del equipo, aunque no estés totalmente de acuerdo, fortalece la confianza y la autonomía. Esto no solo muestra que valoras la autonomía del equipo, sino que también demuestra que priorizas el éxito colectivo sobre tus propias opiniones personales.

La historia interminable

Al final, esto del liderazgo, sea lo que quiera que sea, es un viaje de descubrimiento continuo. De descubrimiento mutuo. Para mí es un privilegio guiar y ser guiado, enseñar y aprender, crecer y ver crecer a otros. Y en este camino, la lección más valiosa ha sido entender que la verdadera fuerza de un líder reside en su capacidad para adaptarse, escuchar y, sobre todo, cuidar de aquellos a quienes tiene el honor de liderar.

Porque, al final, tanto en la paternidad como en el liderazgo, lo importante es disfrutar del viaje, aprender de los errores y crecer juntos.

Publicado mas o menos el 1 de marzo de 2025 a las 10:25 am por César García Gascón, archivado en las categorías Diseño, Experiencia de usuario, Gestión de proyectos, Leadership, Personal, Uncategorized y etiquetado cómo , , , . Siéntete libre de comentar un poco más abajo si quieres.

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