Vivimos tiempos en los que la velocidad lo define todo: desde consumir información hasta tomar decisiones. Cuanto más rápido nos movemos, más creemos que progresamos. Con la AI podemos hacer que la ejecución sea más rápida que nunca, y es fantástico aprovechar su potencial. Pero la velocidad sin un objetivo es solo movimiento, no progreso.
El reto no está en hacer las cosas rápido, sino en asegurar que estamos resolviendo el problema adecuado. Y, después, si es rápido, mejor.
Qué puede hacer la AI muy bien
- La AI nos ayuda a ejecutar, pero definir el problema sigue siendo una habilidad humana y no deberíamos delegarla.
- La manera en la que planteamos el problema siempre determina la calidad de las soluciones.
- Las mejores soluciones casi siempre empiezan por definir muy bien el problema.
Nos gusta acudir a cuentos, fábulas y antiguas historias porque encapsulan conocimiento en enfoques sencillos pero llenos de sentido común, que siguen siendo válidos porque han perdurado a lo largo del tiempo.

La sabiduría de Esopo: una fábula sobre pensar antes de actuar
En «El cuervo sediento» o «El cuervo y la jarra», de Esopo, un cuervo se enfrenta al reto de beber agua sin la ayuda de la AI pero con mucho ingenio y mucha calma.
Un cuervo sediento encontró un cántaro con agua, pero el nivel era demasiado bajo para alcanzarlo. Al principio, pensó en volcarlo o romperlo. Pero, en lugar de apresurarse, pensó diferente: comenzó a dejar caer pequeñas piedras dentro, elevando poco a poco el agua hasta poder beber.
Fábulas de Esopo
Si lo trasladamos al mundo actual, cuántas veces actuamos como quien intenta volcar el cántaro, lanzándonos de inmediato a una solución sin haber entendido bien el problema. La inmediatez nos empuja a actuar rápido, pero la claridad es lo que realmente marca la diferencia.
No confundas movimiento con progreso
El cuervo podría haber desperdiciado su energía tratando de volcar el cántaro. Nosotros, en el mundo de la IA, los negocios y la tecnología, muchas veces caemos en la misma trampa: nos enfocamos en la ejecución antes de entender el problema.
Así que, antes de avanzar a toda velocidad:
- Da un paso atrás y analiza el problema en su totalidad. No te limites a los síntomas, busca la causa raíz.
- Hazte mejores preguntas. Cambia «¿Cómo arreglamos esto?» por «¿Por qué pasa esto?»
- No te quedes con la primera respuesta. Muchas veces, la mejor solución surge cuando replanteamos el problema desde otro ángulo.
La AI y la eficiencia nos impulsan a actuar rápido, pero los resultados aparecen cuando combinamos velocidad con enfoque.
Publicado mas o menos el 12 de febrero de 2025 a las 3:25 pm por César García Gascón, archivado en las categorías Diseño de interacción, Experiencia de usuario, Gestión de proyectos, Personal y etiquetado cómo Experiencia de usuario, historias, interacción, interfaces, Usabilidad. Siéntete libre de comentar un poco más abajo si quieres.