Silencio

Cuando en 1951 John Cage visitó la cámara anecoica de la universidad de Harvard para obtener una perspectiva del “silencio total”, en lugar de encontrarlo, escuchó sorprendido dos sonidos: “uno alto y otro bajo”.

Como diseñadores tenemos una gran variedad de significantes que podemos usar y combinar con el objetivo de atraer el interés de las personas. Los elegimos dependiendo de si queremos requerir su atención total o parcial. Si queremos que acuda de inmediato a la interfaz o si es posible esperar.

Es nuestra elección.

There is no such thing as silence

Escribió Cage. Porque cada objeto tiene su sonido. Cada instante tiene su sonido. Y, de esta forma, el silencio sería algo más parecido a la ausencia de «una  intención” de producir un sonido o incluso de la ausencia de intención de escuchar un sonido.  Algo así como una pérdida de atención.

Bien por pereza o por dejadez hemos adquirido la costumbre de apelar al recurso fácil de provocar la atención, olvidando el valor de la comunicación de la propuesta del servicio y pasado por encima de la retroalimentación del sistema. Cuando recurrimos a la notificación para informar de lo que está sucediendo quizás el problema es que no estamos comunicando de la manera correcta lo que ocurre en el sistema.

El silencio como recurso

En el diseño de la cosa digital y, las interfaces, además de ser limpias, simples, intuitivas y fáciles de usar, deberían de ser también silenciosas. Habilitar a las personas para continuar con sus cosas en lugar de obstaculizarlas. Cuando forzamos la atención a través de la interrupción en lugar de señalar lo que tiene que ocurrir previamente, estamos rompiendo el silencio. El equilibrio entre la importancia y la atención que requiere la información que queremos comunicar.

Captura de pantalla de notificación de la aplicación Radar COVID, Abril 2021

En lugar de expresar explícitamente lo que, a todas luces, es más que innecesario mantengamos la armonía sin perder las formas para que lo que tengamos que decir ocurra de manera implícita en la interacción entre el servicio y la persona. Avancemos hacia un espacio más tranquilo y silencioso que se aleja de toda estimulación y ruido.

Naturalicemos que no hay por qué rellenar de notificaciones un sistema sólo porque se puede y permitamos a las personas disfrutar de esos momentos de silencio en los que perder la atención sobre la interfaz.

Preocupémonos de comunicar con anterioridad y con eficacia lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que va a ocurrir, para que la ausencia de ruido sea sólo que no hace falta nada más que decir.

Tratemos de convertir el hecho de que si hay silencio, será que todo va bien.


Publicado mas o menos el 20 de abril de 2021 a las 8:33 pm por César García Gascón, archivado en las categorías Diseño de interacción, Experiencia de usuario, Gestión de proyectos, Internet, Personal y etiquetado cómo , , , , . Siéntete libre de comentar un poco más abajo si quieres.

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