De nuevas distancias sociales, de la proxémica y de la distancia en lo digital.

A estas alturas de la película todos tenemos ya muy claro que cuando todo esto termine nos vamos a relacionar de una forma muy diferente. Cuando estemos cara a cara y cuando se organicen los nuevos espacios en tiendas, oficinas, edificios y hasta en los espacios públicos de las ciudades.

Resulta que todo esto de la distancia social que estamos practicando ahora es algo que tiene nombre, es algo que fue definido por Edward Hall allá en los años 60, que en el mundo de la antropología se conoce como Proxémica y es algo que nos explica cómo percibimos y utilizamos de manera instintiva los espacios cuando hablamos unos con otros.

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Hablamos de distancias pueden ser tan pequeñas como la distancia en la que susurro a mis hijas hasta la que mantenemos cuando nos encontramos dentro de un grupo de personas o en un espacio social como la calle. Y no se mide de la misma manera en todos los sitios sino que está fuertemente influenciada por la cultura de la que provenimos, ya sabes aquello de en que en el norte de Europa la gente es se separa más de lo que lo hacemos españoles, italianos o griegos.

Las distancias en la cosa digital

Todo esto saltó por los aires a medida que íbamos construyendo una nueva distancia social digital que transformaba la gran cantidad de matices, de intercambios verbales y no verbales que tiene una comunicación física y cercana para transformarlo en comunicaciones mucho mas rápidas, breves y prácticas pero también deshumanizadas, despersonalizadas y limitadas a pocas palabras motivados seguramente por la necesidad de ser muy rápidos en la respuesta.

Y nosotros, los que hacemos la cosa digital, tampoco ayudamos mucho cuando nos dio por proponer soluciones que automatizan cosas tan personales escribir unas palabras incluyendo en las interfaces botones o incluso acciones automáticas que despiden un email de una forma estándar.

En esta casa, y me consta que también en la de un grupo de irreductibles, apostamos huir de ese tipo de automatismos y siempre hemos propuesto dedicar unos breves segundos a elegir y a escribir cada palabra de despedida de un email.

Las nuevas distancias digitales

Así que es agradable ver cómo ahora, a la vez que es necesario que nuestras distancias sociales se alarguen, estamos acortando las digitales y empezamos a abandonar esa automatización programada para terminar nuestras comunicaciones con abrazos, no salgas de casa o cuidaos mucho como reemplazo de las respuestas automáticas.

Quizás es que ha llegado el tiempo de transformar también nuestras distancias digitales y hacer las cosas de otra forma, así que cuando todo esto acabe espero que sigamos personalizando todas y cada de nuestras despedidas por correo electrónico, no dejemos que la cosa técnica nos gane haciendo más tecnológicas a las personas y sigamos trabajando para hacer mas humana la tecnología.

Cuídense mucho y sigan las instrucciones antes de salir de casa, por favor.

Publicado mas o menos el 26 de abril de 2020 a las 9:30 am por César García Gascón, archivado en las categorías Diseño, Diseño de interacción, Experiencia de usuario, Personal y etiquetado cómo , , , , . Siéntete libre de comentar un poco más abajo si quieres.

1 comentario

Muy interesante esta reflexión en torno a la proxémica en la cosa digital, un universo que no se mide en distancias…; en torno al valor y el alcance de lo connotativo…
Un «codabrazo» y/o «saludos codiales» a ese gran grupo de irreductibles.
🙂

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